Mucha polémica, mucha pelea, muchos palos en la rueda para frenar la obra, pero al final, 10.000 personas resultarán beneficiadas, porque la administración puso el interés general por encima de los egos particulares.
Es verdad que para hacer las obras se talaron seis árboles, pero en su reemplazo se plantaron 10, entre nogales y robles. Es un parque con 98 árboles que conserva su naturalidad.
Los parques son de todos y el del Japón se convirtió en un símbolo porque gracias a las obras ahora podrá ser utilizado por ciudadanos de todos los ingresos. Los parques son para todos, no importa el lugar de la ciudad de donde provengan.
El parque estaba deteriorado, como lo reconocen los mismos vecinos de la zona, y ahora luce renovado, ahora no inspira miedo por la inseguridad, es un escenario que invita a la alegría, iluminado y bien equipado. En la zona se instalaron 35 postes con 35 luminarias LED, que mejoran la seguridad de todo el sector de influencia del parque.
Hay rampas que permiten el acceso a personas con discapacidad y mejores espacios para caminar. En total se peatonalizaron 540.000 metros cuadrados de la carrera 11A, gracias a la ampliación de un 12 por ciento de su área total.
Por fortuna para los bogotanos ahora a este parque llegarán personas de todos los estratos. Antes, para quienes pueden usarlo, tenían la cancha más cercana a tres kilómetros, hoy la tienen muy cerca de su trabajo. Eso significa que se invirtieron bien los 4.000 millones de pesos que costó la remodelación.
CONCEJAL