1. El Secretario planteó revalorizar al actor campesino en el proceso de conservación del patrimonio ambiental. Hoy la verdad es otra. Ninguna de las alternativas productivas entregadas están relacionadas con la conservación y ninguno de los proyectos incluye población de áreas protegidas. Por el contrario, se han promovido talleres de elaboración de muebles y de ornamentación, campos de paintball e incluso chatarrerías.
2. El Secretario prometió apoyar con tecnología para obtener semilla de buena calidad en los cultivos de papa, arveja y fresa, los cuales son predominantes en Bogotá. A la fecha, no se reporta ni una sola hectárea de reconversión de actividad productiva de cría de ganado a cultivos agroecológicos, ni actividades compatibles con conservación.
3. Las promesas de productividad campesina quedan en el vacío cuando no se apoyan las cooperativas productivas creadas por los campesinos, no se desarrolla la asistencia técnica requerida y las plazas de mercado a cargo del Distrito se encuentran en situación preocupante. Mientras en el interior de las plazas su ocupación es baja, en su entorno predomina la invasión de espacio público.
4. Frente a la plataforma Los Luceros, el Secretario afirmó que vincularía el tema de la papa con el uso de la plataforma. A pesar de ello, la ejecución presupuestal de la meta de lograr el 50% de la operación de la plataforma, apenas llega al 20%, por lo cual sigue siendo un elefante blanco.
5. Y finalmente, la gran promesa del apoyo a la economía popular no será una realidad. La Secretaría ha destinado más de $20.000 millones de pesos a financiar 2.345 iniciativas. Lo grave es que cerca de 1.000 iniciativas recibe de $1 a 7 millones que están enfocadas a la venta de comida rápida y a la venta de pescado, maní y bolsas en espacio público.
Preocupa que, de un total de 154 iniciativas visitadas, solo se encontraron 30 en la dirección referenciada, con el agravante que la coordinación de este programa estuvo a cargo de una funcionaría que terminó siendo candidata a la Cámara de Representantes. Finalizada la campaña, retornó a la entidad. Tampoco puede ser casualidad que sus principales colaboradores de campaña también estuvieron vinculados contractualmente a la entidad y al programa referido.
Creo que esta no es la BOG Humana que esperamos.
